Me brotó,
me brotó sin más,
me brotó como un manantial.
Inundó mis surcos,
habitó el desgarro,
no dejaba de brotar.
Palabra que alienta,
palabra-canto, que te da la palabra
y al ser nombrada, se convierte en flor.
Palabra sagrada,
del abismo fecundo, y oscuro,
del corazón solar.
Palabra-eco, palabra-amor, palabra-umbral,
origen, designio, voz guardiana,
del corazón de Gaia.
Con Amor. Silvia Mesa García
Texto: Silvia Mesa García, Imagen: Pexels