Nacer y Morir

30 de diciembre de 2022

Llega el momento de habitar el invierno.
Mi cuerpo anhela un cobijo adentro de mi cueva, negra de vida.
Me acurruco en silencio, el movimiento es un lento reacomodarse.
Fuera se escucha el viento.
Dentro enciendo el fuego, del hogar.
En lo profundo discurre el agua.
Siento el aliento de la que sabe, susurrándome.

Poco a poco, a su tiempo, mi latido se vuelve canción y me lleva de regreso al
inicio, al principio de todos mis tiempos.
Retorno, redondo, punto, circular, cíclico, círculo, ESPIRAL, inicio, finalizar,
nacer, morir, volver a empezar.
Vida que muere y se convierte en vida.
Estela lumínica .
Vida que nace en plenitud.
Vida que nace y será composta.
Ruta sagrada.
Vida que muere en gozo.
Y ese lugar -UMBRAL- que es principio y es final, del que se regresa y al que
se retorna sin parar.
Eternidad.
Luz, CASA, mar.

Recibir la vida, nacer a una nueva forma de existencia, morir a la previa,
alegría y duelo, arena y sal.
No temer la muerte más.
Morir con naturalidad y vida.
Despedir la vida, vivir la muerte, liberar un antiguo modo de existencia, nacer
a un mundo nuevo.
Disolver la ruta neuronal de lo conocido, experimentado, sentido.

Respiro.

Aquí, en la cueva, todo -simplemente- ocurre.

Con amor.
Silvia Mesa García

 

 

 Texto: Silvia Mesa García, Imagen: Miguel Ángel Yusta Sanz

 

 

Lo inevitable

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Un camino que se recorre a veces a tientas, a veces a oscuras, lleno de retos y pruebas, sin aparente rumbo ni coordenadas

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