Elijo quedarme.

27 de febrero de 2023

En otros momentos, la experiencia del tiempo lineal me hizo creer que había un lugar, mejor, donde llegar.
Me propuse conquistarlo y me acoracé con todo aquello que iba incorporando a cada paso. Reliquias, medallas, palmaditas en la espalda.
Tenía prisa, quería conquistar cuanto antes, la vida.
No me daba cuenta de que esa prisa era, también, una huída.

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He vuelto a sentir esa prisa últimamente, en mi nuevo puesto de trabajo, especialmente. Prisa por hacer y por no hacer, por llegar y por no llegar.
Prisa cuando en verdad, quiero quedarme.
Quedarme y escucharte, quedarme y conocerte, quedarme y abrazarte.

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He dejado el hospital y me he convertido en enfermera rural.
La tecnología, la sofisticación, la especialización, las barreras arquitectónicas, el frío, el ruido, han sido sustituidos por el temblor de mi corazón.
El temblor de mi corazón que tiembla al descubrirme en millones de excusas para evitar esa verdad.
La verdad detrás de sus ojos, espejo del alma, la verdad detrás de cada persona que acude solicitando ayuda, la verdad detrás de las puertas de su casa.

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Cuando siento prisa, ahora, respiro para volver a mi centro, a ese otro tiempo, eterno, donde siempre es presente.
En realidad, voy y vengo la mayor parte del tiempo pero, ahora, a diferencia de otros momentos, elijo quedarme.

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Elijo quedarme, si, aunque duela y sienta en mi cuerpo el desgarro agonizante de una humanidad que ya cumplió su tiempo pero que, a pesar de ello, permanece en el invisible como parte nuestra, a pesar de su ahogo, de su
dureza, a pesar de su miedo y su inconsciencia, a pesar de su miseria y su extrañeza, a pesar de sus abusos, pecados, delitos, de sus secretos inconfesables, de su oscuridad y su vergüenza.

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Elijo quedarme aunque ello exacerbe mi necesidad de huir.
Elijo quedarme aunque ello reactive mi patrón, intrauterino, de fuga, de desconexión y disociación: “que pase rápido, que pase cuanto antes, que pueda huir para no sentir”.

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Elijo quedarme, si, quedarme y sentir.
Quedarme y mirarme a través de ti.
Quedarme y morir de tristeza si es preciso, si, pero después volver a levantarme, abrazarme al abrazarte y transformar mis lágrimas en lluvia.

Con Amor.

Silvia Mesa García

 

Texto: Silvia Mesa García, Imagen: Miguel Angel Yusta Sanz
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