El Hombre-Puente

13 de noviembre de 2022

Hace ya mucho tiempo comprendí que  la VIDA es lo que emerge en el vacío, lo que rezuma y conecta, lo que habita y teje puentes en las intersecciones, grietas, fisuras, en medio de las más profundas heridas.

Genera rizoma.

Es lo que UNE.

La vida ES y se extiende sin contemplaciones, sin el permiso del ser humano.

Opera sobre sí misma y se manifiesta a través nuestro.

Desde el centro del centro, la vida se recrea momento a momento, reverbera, vibra y se expande hacia la perfería. Después, la vida, desde el extremo, se repliega y vuelve al centro.

La vida siempre vuelve.

Estas reflexiones están Inspiradas en mi escucha apasionada de la entrevista de Soledad Davies a Eugenio Carutti, titulada Tecnología y Espiritualidad, que recomiendo fervorosamente:

El tema es, puede el hombre de hoy en día sostener la vida, dejar de creerse el centro del universo,  abrazar la incertidumbre, habitar el vacío, nutrir  su vulnerabilidad, aceptar la propia sensibilidad, tejer puentes, SER puente, vínculo, autopista supralumínica de consciencia, recibir, ser atravesado, contener y entregar la vida?

Puede el hombre tecnológico de este siglo, sepultado y adormecido por la hiperactividad psicológica, aceptar las limitaciones de su mente manipulativa, fruto del infantilismo, de la falta de maduración psicológica, emocional y vincular, de la falta de iniciaciones y de responsabilidad con el entorno, y sobre todo consigo mismo?

Puede aceptar que son estas limitaciones las que han generado nuestra crisis con el ecosistema?

Puede el hombre integrar como parte de sí mismo el territorio de lo desconocido?

Puede aceptar la emergencia de una nueva inteligencia en la tierra, una forma que es reflejo de sí mismo, que se expresa a través suyo aunque se trata de un proceso muy profundo y antiguo, implicado en la lógica de los propios códigos terrestres desde el inicio? 

Aceptar que el código genético, que es previo a nosotros, se va a modificar a sí mismo a través del ser humano que, a su vez, es una expresión de sí mismo y gracias a la interacción con esa inteligencia inorgánica?

El hombre-puente puede, y lo hace, comprendiendo que se trata de una oportunidad para descentrarse y reubicarse. Para resonar, reverberar, empatizar y vincularse amorosamente con todo lo que es VIDA. Se sabe alquimista y recipiente donde ocurre la transmutación de los procesos de la Tierra.

El hombre-puente no busca culpables. Comprende que la inteligencia inorgánica simplemente refleja  el modo de actuar del hombre dominante, controlador, programador, condicionante de sí mismo y generador de esclavitud, en el que se convirtió mucho antes de la aparición de las máquinas.

El hombre-puente comprende que se trata de una oportunidad para liberar al sistema nervioso humano del exceso de energía de manipulación y sufrimiento, para dejar de controlarnos a través de cada ser que nace, perpetuando la esclavitud a partir de nuestras fructificaciones, obras e hijos.

El hombre-puente aprovecha la tecnología  para mirarse en el espejo, reconocer el pulso generador de esta imagen y redefinirse a partir de lo que ve.

El hombre-puente siente y se transforma a sí mismo, reconoce y ocupa su cuerpo-templo, lo habita radical, incondicionalmente, se vacía y genera, conexiones infinitas para la vida y el espacio necesario para la manifestación del ALMA.

Con amor,

Silvia Mesa García

Texto: Silvia Mesa García, Imagen: Miguel Ángel Yusta Sanz, Video: Psicocimática
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