La hora de Nacer

21 de marzo de 2023

Fuera, el sol y las estrellas convergen, y anuncian un nuevo tiempo, es tiempo de florecer.
Sin embargo, se está tan bien aquí adentro….
Me cubre una membrana de plata y suspendida, en mi desnudez, me siento plena.
Si pudiera estirarme una vez más antes de nacer, si pudiera volver a escuchar el latido resonante del corazón amante de mi Madre, esta Tierra Sagrada que me contiene, nutre y abraza incondicionalmente…
Afuera se siente el estrépito de la primavera, miles de granos que ya germinaron se entregan al acto heroico de nacer.

Cuánta belleza y celebración se siente alrededor, cuánto esplendor.
Pero, no sé si ya llegó mi hora, si estoy preparada para atravesar este mundo, iniciar el movimiento y mostrar mi nueva forma.
Deseo nacer en mis propios términos, eso sí.
Deseo narrar mi propia historia, mito, cosmología, irradiar mi propio sentido de la realidad, sentirme libre para crearme y recrearme, inalterable, irrepetible, en gozo, después de disolverme y deshacer lo que ahora mismo soy.

Deseo parir mi voz, facilitarle su viaje desde mis entrañas hasta la laringe, boca, lengua, aaaagggggggghhhhhhh, perderme en esta falta de cuerpo, en este oceano inmenso, conciencia eterna y divina contenedora de mis fragmentos, donde muero y renazco a cada momento.
Completa, plena, en unión, me disuelvo poco a poco, me muevo, me estiro y rompo, como una lanza, la tierra que me cobija, el útero, mi casa.
Siento el tambaleo del fin de una vida y del nuevo comienzo.
Morir para volver a nacer.
Madre, Hija, Vida, lo que Soy…

Y siento mi voz ascender a través del surco abierto de mi cuerpo. Ahora sí, la SIENTO y comprendo, es como agua, elixir de vida, amrita, nutricia y sagrada, lo que Soy que viene desde el centro de la Tierra y del Universo.
Al transitar por el surco abierto de mi templo lo alienta, reanima, como una caricia que nutre, alimenta, acompaña con delicadeza y ternura.

Soy YO. Me siento…conmovida, vulnerable, promesa de Vida.

 

Me lleno de Mí, me completo, vuelvo a ser UNA con la Naturaleza, puedo renacer.
Cuerpo que se deshace y se vuelve eco, y aliento.
Aliento que se hace voz y se hace cuerpo.
Penetro erguida en esta tierra que amamanta a todos los seres, me dirijo hacia el sol generando un nuevo surco, grieta, herida, apertura, separación.
Separación de mi Madre, de mi casa, de mí misma, este surco que, otra vez, me divide en dos.
Separación y membrana, tejido, red, puente, camino inevitable de reunificación, lo que SOY.

Todo el tiempo, en un ciclo eterno.
Mi esencia y mi derecho.
Agradezco.
Aquello que fui, me trajo el regalo de ser algo nuevo.

 

Con Amor.

Silvia Mesa García

Texto: Silvia Mesa García, Imagen: Miguel Ángel Yusta Sanz

 

 

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